martes, 13 de abril de 2010

Epistolario


el epistolario de Dolores Morales y Angel Cortez era a estas alturas una interrupción periódica en la vida de él y un desafío a seguir respirando por parte de ella.
Nada de esto se adivinaba facilmente, la comunicación era entrelíneas

hoy ha muerto un señor que conozco desde hace mucho, sin embargo me importó más venir a traer la guita que nos pidieron para poder seguir comunicándonos.
Este señor se sentiría defraudado por mi elección de prioridades.
Hace frío, extrañaba esta sensación helada y húmeda en la cara.
El cuerpo lo escondí en corazas de lana y poliester.
Para llegar crucé las vías de la calle Palero.
Hay un brete,para que uno se demore y preste atención al paso del tren o que recapacite su decisión.
Pero el tren ya no pasa ,ya no existe.
Es un punto para meditar que si no se tomó esa decisión es tarde o hay que buscar una nueva.
También puede tomarse como prueba de desconfianza ,segura cobardía o esperanza en el porvenir.


Cuando me acuerdo y prendo algo haz dejado.
Escribiendo helada a la madrugada cuando casi nadie está despierto.
Mejor ,sigo pensando en el cuarto oscuro, un gran baño de la facultad ,sentados en el piso la cabeza apoyada en la pared.
Estoy en Iberia,viendo que tirar y que no, para cumplir con la limpieza que nos es impuesta.
Veo que se me ha roto una bota y no pienso tirarla.
Habría que comprar otras.
Número 42

De aquí en más las interferencias se sienten en el texto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario