viernes, 13 de agosto de 2010

son amores



Más de cinco años estuvieron juntos Angel Cortez e Ipatia.
Durante ese tiempo ,muchos se enamoraron perdidamente de Ipatia, pero viendo la magnitud de Angel Cortez y adivinando que jamás tendrían chance, se hundieron en relaciones fallidas con mujeres feas, malas, pérfidas, malhumoradas, interesadas y crueles.
Algunos de estos hombres tuvieron la suerte de que sus matrimonios o convivencias se rompieran a causa del alcohol, las drogas, el desempleo , las infidelidades descuidadas y el maltrato y nunca, se cree ,comentaron que esta serie de desafortunados remedos del amor ,habían sido causados por la frustración de saber que Ipatia era demasiado inalcanzable para ellos.

Angel Cortez e Ipatia fueron una pareja perfecta,que se unía por la virtud,la inteligencia , el estrato social ,el encastre intelectual y la belleza física… y el amor,el amor estaba, porque hasta para eso eran perfectos.
Sí,se amaban.

Dicen que un día entrelazadas las manos,las miradas fundiéndose una en otra Angel Cortez le dijo que en nombre del amor, por el amor y por amarla la dejaba.
Ipatia creyó que escuchaba mal o que era una broma demasiado absurda,,,,pero él hablaba en serio.
Los argumentos eran que ,como bien ella sabía ,él tenía un hermano discapacitado y que por nobleza y entereza lo seguiría atendiendo con responsabilidad y entrega ,máxime en las horas de ancianidad o muerte de sus padres y que no sacrificaría con este peso el futuro venturoso de ella .

Ipatia enfureció,y le recordó que ella había sacado a su propia familia a flote ,cuando su padre ,había tenido una hemiplejia que lo había postrado tanto en una silla de ruedas como en el olvido de todos aquellos que lo consideraban ,adulaban y le pagaban como a uno de los mejores arquitectos de Trulalá o como se llame el sitio.

Ipatia,pudo con eso, terminó la carrera con honores ,no abandonó danza y se recibió en la escuela de música,y tenía un sueldo tan bueno en la empresa extranjera que con un aguinaldo se compró un piano de cola.

“me enfurece que no me creas capaz!!!” ,gritaba , y además cuidaría de tu hermano,de mis hijos y de vos con todo amor .(esto lo dijo despacio y con mucha amargura,porque sabía que Angel Cortez ya no la escuchaba)

Angel Cortez la acompañó unos metros ,sonriente y perfecto, diciéndole que el esfuerzo de la fecha era superar este trance , entenderlo y superarlo y que los berrinches y las represalias eran energías desperdiciadas en el arte del saber ser y obrar que ella tan bien manejaba.

Y así todo terminó.
Ella nunca más, durante un buen tiempo, trató de verlo o de evitarlo.
Rearmo su vida , rellenando los tiempos que le dedicaba a él con toda eficiencia.
Él hizo lo mismo.
Siempre se recordaban con cariño y nunca jamás buscaron culpas o se lamentaron.


Unos años después ella conoció a un empresario alemán que hizo negocios con su empresa .
Tiempo después el alemán le pidió matrimonio y ella avisó estas novedades a Cortez ,diciéndole que siempre él tendría el privilegio de mandar en su corazón y que no le dolía continuar esperando por una rectificación en la idea de dejarla.

Cortez,le ratificó que ya había hablado y que no había vuelta atrás y ella decidió aceptar al alemán ,porque la verdad es que le gustaba mucho.


Se casaron algunos meses después en nuestra señora de los desamparados, una iglesia elegida por la arquitectura que combinaba acertadamente con el atuendo de la novia.
En realidad esto era una mentira ,dado que era un voto para el consuelo de todos aquellos enamorados de Ipatia que seguían nadando en las fétidas aguas del desamparo del amor unilateral y platónico.

Más estrella ,en esa ceremonia, fue Angel Cortez opacando a los novios, porque todos los ojos se posaban insistentes en él, queriendo muy dentro el público ,que este gritará un no desmesurado o que bajara la mirada para esconder el llanto.
Por el contrario estaba radiante, feliz y acompañado de una morocha de infarto (dado que Ipatia era muy rubia ,le pareció atinado no exponerla a comparaciones)

En la fiesta todos se emborrachaban recordando alguna anécdota en que Ipatia hubiera cruzado un gesto o palabra con ellos, como un momento de dolor y felicidad no terrenal.
De todos ellos ,uno solo permanecía con esposa aun,a pesar de las tormentas conyugales que soportaba.
Angel se sentó a su lado ,y en un segundo muy extraño en donde quedaron los dos hombre solos, esta pobre alma le confesó ,que era Ipatia la mujer que más había amado en su vida,y que lo detestaba por haberla rechazado, porque lo consideraba como una afrenta profundísima hacia todos aquellos que la habían amado en silencio respetando su presencia y que habían cagado literalmente su vida ,creyendo que sin Ipatia nada valía la pena.
Angel lo miró demostrando gran respeto.
Y con suavidad y tacto ,le preguntó porque seguía atado a esa harpía que mantenía como esposa.
Ernesto,(que así se llamaba),con una mueca de resignación, explicó brevemente que recordando su niñez en la dictadura ,huyendo por varios paises, solo soñaba que su padre pudiera darle un hogar ,un sitio de pertenencia y que al volver al pais,luego de la amargura del amor fallido, el casamiento le había dado al menos,con sus defectos ,claro, esa dirección ,ese sitio donde volver cumpliendo un horario ,a pesar de ese maltrato constante que era ver a esa mina, violenta y ambiciosa.

Que más daba.
las terapias de pareja alargaban la agonía con mentiras y él sabía que toda esperanza se había perdido cuando Ipatia lo había ignorado.
Cuando vino la esposa a ordenarle que se fueran, a Angel Cortez le nació decirle al oido: “¿querés que los acompañe hasta tu casa?,¿no te da miedo irte con ella solo?
Y sintió profunda pena y ternura cuando lo vió alejarse

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